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domingo, 30 de enero de 2011

La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder & define improbable como algo inverosímil, que no se funde en una razón prudente. Puestos a escoger a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos & deja un resquicio a la esperanza, a la ética. Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió, que los Varón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del numero uno a Federer, una periodista convertida en princesa, el 12-1 de España contra Malta. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, si no de amores improbables, porque lo improbable es por definición probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo

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